CAMBIAR
UNA LÁGRIMA POR SONRISA ESA ES MI MEJOR RECOMPENSA
“Si mi padre y mi
madre me abandonan, el señor me acogerá” Salmo 27:10, es la frase preferida de
Henry Cabezas “EL Payaso Simpson” al recordar a los seres que le dieron la
vida.
En las familias no
solo los padres abandonan el hogar, también las madres dejan a sus hijos por
diferentes situaciones. La violencia, el alcohol y el abuso, fueron los
factores que provocaron que el Payaso Simpson, cuando era un niño de tan solo
dos años de nacido y con una lesión cerebral quedara sin un amor maternal.
Simpson con sus ojos
cristalizados cuenta cómo a lo largo de sus 23 años, ha crecido y se ha
desarrollado como cualquier persona que integra la sociedad, demostrando que se
puede romper barreras.
“Es bonito que la gente me mire como un joven normal, que
no me denigren, ni me consideren incompetente, porque a pesar de que en mi
niñez sufrí rechazo, cuando en el colegio, me quitaban los riales y me ponían
apodos. Pero aprendí que para decir yo te quiero tengo que quererme yo, todo lo
que he vivido me ha enseñado a aceptar mis errores y a relacionarme más con
todas las personas, para yo poder aceptar todo lo que se me venga”, expresó
Simpson.
Este payaso a
pesar de no haber crecido con su madre biológica, jamás le faltó el profundo
amor de Dios y de su abuelita.
Por ello considera
que su abuelita ha sido en su vida la figura perfecta de madre, padre, que lo ha guiado en el camino;
es para Henry Cabezas, un ángel y una bendición muy linda que Dios le pudo dar
en este mundo.
Simpson se
convierte en un payaso especial, puesto que su lesión en el cerebro, se da al nacer. “No
circuló suficiente oxígeno a mi cerebro, fueron las explicaciones que dio el
medico a mi mamá”, dijo Henry.
Henry desde los 8
años inició a participar en las obras de teatro cristianas, que realizaba la
iglesia Antioquia, También salía en el carnaval de Los Pipitos, en donde lo
pintaban y le gustaba bailar para llamar la atención y sobresalir entre las
personas.
Conoció la escuela
de circo de Nicaragua, financiada por la cooperación Europea y el gobierno. “Yo
me incluía y ahí aprendí a hacer malabares, globoflexia, y a maquillarme,
gracias a esto, he ido a convenciones de
payaso y me ha ayudado a relacionarme con otros payasos para fortalecer mi
trabajo y mi autoestima por sí mismo”, agregó Simpson.
La mejor
motivación para realizar su trabajo, es el hecho de tener una forma de recrear
al mundo, porque hoy en día el que va a cambiar al país es el payaso, con su
habilidad, su inteligencia, su humor y transmitiendo respeto al prójimo y
hermandad, teniendo en mente de que todos son iguales.
Este personaje ha
demostrado que el único obstáculo en la vida, es uno mismo, porque él ha
cruzado fronteras para llevar alegría y realizarse en su profesión de payaso.
Hace dos meses, se presentó en el teatro de San Salvador, donde conmovido por
el gran número de niños que admiraban su show mágico, quedó complacido y
motivado a fundar una academia para niños pobres, donde aprendan el oficio de
ser payaso y puedan ganarse la vida.
Aura
Lila Ojeda Calderón, es la abuelita paterna de Henry, el Payaso Simpson. “Yo
soy su papá, su mamá, yo soy todo para él y él es todo para mí”, afirma
orgullosa.
Su madre se fue a
los Estados Unidos y jamás volvió, es más ni lo conoce y su padre, partió hacia
Costa Rica, allá hizo una nueva vida con otra mujer y Henry solo tiene la
compañía de su abuelita que se ha convertido en el mundo perfecto de consejos y
enseñanzas.
Doña Lila, como es
conocida, expresa que criar a este payasito no ha sido fácil, pero gracias a
Dios él es casi independiente, cuando viene de la calle me dice mamita ya viene
y siempre le aconseja que es mejor caminar solo sin malas compañías.
Simpson ha sido un
joven obediente desde niño y cuidadoso de las cosas del hogar. Por las noches
en su hogar solo es la compañía de su abuelita y él sentado frente al televisor
conversando de las anécdotas de la vida.
“Nunca imaginé que
iba a llegar hasta donde está hoy, Dios me lo ha venido bendiciendo, el me lo
cuida y yo se lo encomiendo, todos los días, le pido diciendo que guíe su
camino y guarde sus pasos, para que sus pies no tropiecen y su camino sea llano
para saltar los obstáculos que se puedan presentar, expresa doña Aura Lila.
El payaso Simpson,
elaboró su primer traje con la ayuda de cien córdobas que le regaló el alcalde
del municipio de Nagarote, sin embargo en el transcurso del tiempo ha
desarrollado mejores vestuarios y hoy en día no cuenta con uno, ni dos trajes,
sus disfraces alcanza aproximadamente los diez.
Henry nos comenta
que ya sus trajes no valen cien córdobas, que en la confección de uno sencillo
puede llegar a invertir hasta dos mil quinientos córdobas y no se los financia
nadie, él mismo paga por sus trajes con el dinero que obtiene de sus
presentaciones en fiestas de cumpleaños infantiles.
¿Pasatiempo o terapia psicológica?
En el área psicosocial, este joven puede desarrollarse e integrarse
de forma normal en los diferentes ámbitos, ya sean escolares, sociales o
laborales, porque como ser humano y ciudadano tiene derechos inviolables y
deben ser respetados como a cualquier otro y no ser reprimido por la sociedad, expresa
la psicóloga Ada Francis Figueroa.
El trabajo que
este payaso realiza, su desarrollo mental, físico y emocional, tal vez no
alcance un cien por ciento de seguridad y confianza en las primeras
presentaciones o contacto con el público, pero si puede lograr un mejor
desarrollo e integración como parte de la sociedad.
Las actividades
que realiza como canto, bailes y juegos con los niños ayudan a que desarrolle
habilidades como persona y de esta manera pueda servir de ejemplo para otros
jóvenes con o sin limitaciones.
Es importante
mencionar que existen especialidades para
atender este tipo de casos. Los Pipitos por ejemplo se especializan en atender
e integrar a niños, jóvenes y adultos con discapacidades a formar parte de un
mundo normal, ayudándolos a romper barreras y alcanzar sus metas.
Diana G. Rueda López